un día,
caminar por
el parque,
respirar
profundo,
conversar
con los árboles,
recoger las
hojas
del patio,
seguir el
curso
de los
pájaros
de pecho
rojo,
dejar que
la memoria
seleccione
arbitrariamente
lo que haya
pasado
en algún
día inolvidable,
dar de
comer a las aves
que nos
enseñan
en silencio
a volar,
dejar que
el tiempo
acomode las
cosas,
pasar,
pasar,
no sin
antes
escribir un
poema,
con las
palabras
precisas,
necesarias,
que en un
día cualquiera
expresamos para nombrar
las cosas,
los detalles,
aquello que
nos acompaña
en un día
corriente,
sin prisa
y algún
lector distraído,
hará una
pausa
y podrá
encontrar
en ellas,
quizás,
algún
sentido,
porque
lo simple,
no necesita
una explicación.
Rolando Gabrielli2023
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