De vez en vez,
cuando las noches
caen
sigilosas desoladamente
oscuras, únicas,
como las sombras
que les pertenecen,
sin ser vistas por nadie,
el brillo de una luciérnaga
acompaña y guía en el viaje
a la desolada casa,
del propietario,
que solo dice poseer
esa pequeña luz
que lo ilumina
en la oscuridad.
Rolando Gabrielli2023
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