La
destrucción del cero no tiene valor
cuando a la
izquierda va en silencio,
solitario,
inútil diría, casi invisible.
Se ha roto
de la nada la copa,
no derrama
más que el ruido del cristal,
sin ser
música, se le oye como si
el verano tuviera
un plan inconfesable
para
nosotros, un paisaje que disfruta
del ocio
como todos debiéramos.
El cero,
mal ubicado, apenas es un estorbo,
la pequeña
obra maestra del olvido.
Rolando Gabrielli2023
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