Vuelvo a Mafalda,
la divina niña argentina,
que
aborrecía la sopa
y
enfrentaba el mundo
cada día,
cada mañana,
con una
enigmática
sonrisa, caustica palabra,
ahora que
el grupo ambientalista,
Respuesta Alimentaria,
arrojó sopa
al cuadro de Da Vinci,
la Mona
Lisa, en el museo de Louvre.
La Gioconda
resultó ilesa
de la
insólita perfomance,
que cuestiona,
¿qué es más
importante:
el Arte o la alimentación sana?
Rolando Gabrielli2023
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La Monalisa permanece sonriente, en silencio, desde hace 500 años, inmutable. Está blindada en el Louvre, no le entran balas.
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