Los muertos agradecen
la ayuda del cielo.
Están hambrientos
de vida.
Los paracaídas
caen en silencio
en medio del sordo ruido
de las bombas y cañones
un poco más al sur.
La muerte repartirá
comida rápida
antes de volver a matar.
Esta preciosa mercancía
ya tiene un nombre,
además de un propósito:
alimentos post mortem.
Rolando Gabrielli2024
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