
En un sofá hago el recuento y he cerrado los ojos sólo para sentir la lluvia, que se que volverá.
La oscuridad va ganando su invariable espacio. Voy por un café. Sobre el mesón de la cocina, alrededor de unas botellas de vino, frente a una ventana que ya no da luz, ilumina una pequeña luciérnaga que entretiene mis sentidos. Enciende y apaga, intermitente, su pequeño motor. Es la primera que ha traído la lluvia y permanece inmóvil, luminosa, alegre. El café se está calentando. Vuelvo al sofá con la tasa humeante. Una segunda luciérnaga pasea sus trazos de luz como una gimnasta que exhibe sus movimientos perfectos, iluminados. El café se deja saborear y la luciérnaga se instala en el borde de mis anteojos. Es el único reflejo de la noche y lo conservaré hasta el próximo verano.r.g.©2006
PORQUE EL RIO
Porque el río agoniza a mi espalda,
seguirá siendo río.
Inmóvil cruce de mi historia,
el río que tú no conoces
y que yo soy,
la vida que pasa
y sucede que me recorre.
Agua, más agua,
el cuerpo que todo lo contiene
y vacía,
La cara rota de un día más.
Rolando Gabrielli©2006
y que yo soy,
la vida que pasa
y sucede que me recorre.
Agua, más agua,
el cuerpo que todo lo contiene
y vacía,
La cara rota de un día más.
Rolando Gabrielli©2006
No hay comentarios.:
Publicar un comentario