martes, agosto 11, 2009

¿Arquitectas de su destino?




Como si todo estuviera escrito, siempre la frase al voleo queda colgando de un andamio en el piso 77. Tú eres quien construyes tu propio destino y los 6.600 millones de terrícolas, me pregunto, además de las orillas de cada camino, los pasos en los puentes, la velocidad en las carreteras, los sueños pugnando por salir de las cabezas humanas, el dólar que se esfuma, y todos los silenciosos muros que se erigen a espalda del alma...¿ eso no influye? Sin contar las mareas , los insomnios y las cartas que Madame Celestina lanza al Tarot de memoria en algún lugar del Senna. El fracaso puede asomar en la punta de un lápiz y la blanca azucena languidecer. Tantas cosas y un epitafio es breve. ¿La palabra se marchita? Todo abecedario está sujeto a revisión.
Algunos enfrentan el mundo, se arman, chocan, guerrean, preparan celadas, inventan y ficcionan para masificar la muerte y el terror, alzarse con el dominio de las sombras y las montañas. Las estrellas brillan demasiado y se transforman en polvo para intentar apropiarse de ellas. Es mejor inventarlas en la tierra y adorarlas mientras duren las muy fugaces.
Pero hay otros mundos, aunque aun el espacio no nos enseñe sus cartas y sigamos errando por el cosmos como abejas sin panal. Aún tenemos fronteras y realidades. Caminamos con nuestra propia sombra como simples soldados, aún en tiempos de paz. El destino pareciera jugar su propio destino con nosotros. ¿Somos la carta de ese naipe desconocido? ¿El azar de la mañana? ¿Un paso, dos, tres, la escalera?
No estamos sólos en la Tierra. Por fortuna. Nosotros y la misma piedra, sería muy aburrido. Otras especies nos miran con asombro. Nuestros pies las pisa. Nuestra vida las devora. Construimos y vivimos para su extinsión. Todo lo que se encuentre a nuestro paso, queda bajo el pie. Es la ley de la suela y el tacón, más poderosa que la bíblica Ley del Talión, o del ojo por ojo. Nosotros ignoramos que algún día estaremos bajo tierra, en cuerpo o polvo.
Las hormigas son grandes constructoras de su vida diaria, común , como colonias que desarrollan una gran sociabilidad y laboriosa convivencia. Trabajan y sobreviven como hormigas. Nunca han ocultado su espíritu comunitario. Las Hormigas culonas tienen un destino no fabricado por ellas. Son el banquete de la fiesta. El destino las supera, escribió su libreto. Siglos bajo un mismo camino.
La guerra, depredación de su especie y de otras, es tarea milenaria del hombre. Pero hay quienes tejen su propio mundo y son arquitectas de él. Los científicos que buscan saber, conocer, entender la naturaleza del hombre y de la vida, de los animales e insectos, de todo cuanto les rodea e influye. La naturaleza misma, en una palabra. Han experimentado con el plan de vida las hormigas inyectando hormigón en el interior de un hormiguero y una vez se ha endurecido, han excavado para dejar al descubierto su estructura (véase foto superior en este blog). La conclusión es que la construcción de la Gran Muralla China es un detalle para el trabajo realizado por las hormigas, extrapolando los resultados a escala humana.
Rolando Gabrielli©2009

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