miércoles, noviembre 10, 2021

Luz del ermitaño



El hombre vive en un bosque a orillas de un lago remoto,

su apellido es común y corriente como anónimo su nombre

en las márgenes  solitarias de un lugar solitario.

Alrededor de esas  aguas, paisaje  montañoso, boscoso,

solo quedan viejas ruinas  por donde el hombre construyó

una represa que expulsó a otros hombres y familias del lugar

Este hombre sin nombre  pero con un lugar,

perdió el habla después de recibir una paliza en la ciudad,

donde habitan muchos hombres con distintos hábitos.

Ningún hábito hace a un monje en esta época

y en ninguna otra por más medieval que sea el tiempo

y oscuras las tinieblas de  cada día.

Viajó, viajó sin voz, y encontró un camino

donde ya no hay camino para llegar a ese ningún  lugar.

Este viaje a ninguna parte, al centro de sí mismo,

ocurrió después de quedar en silencio y entrar en otro silencio,

cuando aún no existía Internet ni los celulares,

 no viajábamos por la red, ni la nube, You  Tube, Instagram,

porque en ese entonces, estaban en la incubadora de los sueños digitales

 en marcha infinita hacia el nuevo mundo de las plataformas.

El hombre moderno, dicen, perdió el espejo

que descifraba, reconocía su rostro en el cristal,

 el camino de regreso de Hansel y Gretel en el bosque

 y se adentró  finalmente en el Internet de las cosas,

sin aparente retorno.

Rolando Gabrielli 2021

1 comentario:

Anónimo dijo...

"El hombre Moderno" un gran tema actual, donde pone su centro?