domingo, enero 11, 2009

El reciclador sin memoria



El plagio es màs antiguo y resistente que las cucarachas que lo practican. Es el abrazo silencioso de la Boa contrisctor que se va engullendo su presa en silencio, casi sin dolor y la mantiene a su placer, en un tradicional ritual de su propia sobreviviencia. Es un vicio que se puede apoderar de la maquinaria recicladora que convive con cada Escritor y si no sabe administrarla con imaginaciòn, honestidad, sabidurìa, se apodera del mismo y lo convierte en carroña, algo asì como desperdicio de una obra ajena.

Hace ya mucho tiempo que se viene hablando de un caso. A Acusaciones, abogados, recursos, y van saliendo pruebas como pequeños demonios encantados. Sorprende a algunos cuando son autores tan premiados internacionalmente, absolutamnente bañados por el sagrado rìo Ganges, escoltados por faraones en el Nilo y abren las puertas de templos y palacios sòlo con mirarlos o abrir la boca. Pequeños dioses de reputadas editoriales. Seres que viajan con su àngel a rendir culto a la palabra, dictar cátedra y son jurados de concursos que todo el mundo jura que son transparentes.

Pareciera ser que el acso ha lleagdo casi a su fin, porque cada dìa aparece un nuevo plagio que ya no conmueve a nadie. La rutina es asì de cansona. Se convierte en lo inevitable, aquello que sucederà a pesar de. La sanciòn ha llegado por haber plagiado a 15 autores en 16 artìculos escritos. Un rècord nada despreciable para Guiness. Pero quièn serìa el menospreciado, el Patito Feo del grupo que no tentò al plagiador?. Se habla de 177.500 nuevos soles, una moneda que alumbra, se apaga y vuelve alumbrarse cuando se le inyecta màs calor y luz. Son exactamente 57.258 dólares. El hombre tiene recursos, dijo que la ley peruana no puede sancionar lo que se hizo en territorio extranjero.

Ya le llaman autor copy paste (copiar y pegar). En realidad es un entusiasta de la obra ajena y eso no se debiera sancionar, si no se incurriera en el delito de reescribirla. Borges hablaba de otra cosa. Lo del era pura ficciòn dentro de la ficciòn, complicidad, pero no entrar con las manos en saco ajeno. Plagiar a sus amigos ademàs es un acto de doble carroñerìa. A un diplomàtico es un abuso de la pobre imaginaciòn. Al hombre pareciera interesarle el lado B de la literatura.

No hay comentarios.: