Nadie conoce mejor el rostro
que el espejo
y con tu mirada absorbe
y con tu mirada absorbe
la otra cara y en el cristal,
desaparece.
desaparece.
Ella se mira tan lentamente
que nada escapa a sus ojos,
ni a quien atraviesa frente
a las piezas favoritas
de su distraído cuerpo
Un ciego trofeo
a la luz del día,
sin ojos,
sabiamente oculto.
rolando gabrielli©2010
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