sábado, octubre 21, 2017

Chubut, el río



Un río de tortuosas aguas
atraviesa caudaloso mi memoria,
es   la palabra y el cuerpo que lo habita,
son   sus  vivas aguas adonde ha de correr,
la vida  en un continuo   fluir,
remontar las lejanas horas del Sur,
en sus  transparentes, turbias aguas,
las oscuras manos del hombre,
que la muerte,
no deja soñar libre la vida.
Un río  es un tiempo  ancestral,
dos orillas en un mismo lugar.
En  el  Sur  de estos días,
los días no son los mismos
que el río arrastraba en paz
y a sus anchas sus aguas
hacia el mar.
La vida y la muerte,
juntas  huelen los perros,
perros que su olfato no han equivocado.
Es  Santiago, es Santiago,
es la muerte,  es el horror,
es el río Chubut,
que aparentemente lo ha encontrado.
         Rolando Gabrielli©2017


EL RÍO DE LA POESÍA  ES EL FLUIR
La  poesía  está  comprometida con la vida esencialmente, nadie  puede negar eso, con  la belleza,  el amor, la naturaleza,  el ser  humano  y todo lo concerniente  a  él.  Por esa esencialidad, tal  vez  sobreviva,  se  arranca los ojos  para ver más allá de la luz que deben producir sus palabras.  Sí, las del poema.
Testimoniar una época, también forma parte del oficio de la poesía, trazarla, caracterizarla, reflejarla, negarla o caricaturizarla, como también destacar  todos  sus matices, grandezas, faltas o  simplemente olvidos.
Este oficio de la palabra no soslaya, ni evita, el tema de la muerte, inherente a la vida y el hombre en particular.  Parece un lugar  común de la poesía, pero bajar  el telón de los días común y corrientes de cualquier persona y época, no deja de ser un tema  que el poeta se siente llamado a atender. Digámoslo sin tanta retórica, que es parte del menú cotidiano de la vida.
Por qué escribe, cómo hace un poema, para qué, de dónde le viene la inspiración, así suman las preguntas en torno a este oficio, que algunos quizás parecieran  tener todas las respuestas que no logro tener a mano, porque la poesía tiene sus propias reglas, patrones , musas y dioses. Siempre, para mí, es un territorio, paisaje, lugar, un universo desconocido.

La palabra resiste la tiranía de la imagen y del  estado o del propio hombre, que la inmoviliza.. La palabra también enmudece o se multiplica. Tiene fuerza camaleónica, pero debe ser verdadera no solo  en el poema, si quiere  expresarse, seguir viva, significar algo.  La palabra es de vieja data y la poesía le canta. No ha dejado de cantarla, como si  las voces de las sirenas no solo las escuchara Ulises o algún navegante extraviado.
Con esas mismas alas, ha de seguir  volando por la eternidad, ciega, muda, coja, cada días más verdadera y audaz.

En estos tiempos, no solo la poesía está amenazada, sino la palabra misma, su prestigio que se desprende de la verdad. La retórica en el buen sentido de la palabra.  Esta época pareciera morder su propio anzuelo y pescar en río revuelto un pez podrido.

 Los medios envenenan la atmósfera del paisaje  con el lugar  común de la banalidad, el resorte farandulero y el gran basurero de la post verdad. Tienen su propio libreto, lo que no es nuevo, pero ahora si apuntan al corazón del disco duro de cada lector  e internauta. Manchan el porvenir y enredan el presente, como si nada.
La poesía es un testigo que testimonia, da cuenta, registra, lo inefable y la cotidianeidad.
 ¿Es una diva venida a menos, cuál es su rostro, tiene algo que decir, viste a la moda, tiene algún papel en este terrorífico y bufonesco escenario nuclear?

En este ajetreo de medios y redes, la poesía  es una pasajera, una observadora, tal vez una artista del trapecio de la realidad o  más bien una convidada de piedra, donde el poeta es un autista de la era digital.
En verdad, que la poesía diga, lo que tenga que decir.

 
 
 


1 comentario:

Anónimo dijo...

El poema de Santiago .....recién lo leí. Ha generado poesia, sentimientos, emociones , ...pense ...murió en tierra sagrada ...pero el río no perdona.....nunca olvidaremos sus ojos , su brillo, acompañando causas justas, un viajero....un bolaño....que ya volvía a su casa después de su aventura....pero lo interceptó el horror, horror que sólo existe cuando alguien levanta el teléfono y da una orden de desalojo , represión y levantamiento de una ruta. Nunca entenderé porqué quién hizo esa llamada puede seguir respirando en este mundo, mientras santiago ya es parte del aire....y de todos nosotros.