La piedra me mira
confiada en sí misma,
serena, firme, inescrutable.
No està sola en el
camino,
al menos es lo que refleja
su apasible, inmutable, sólida,
aparentemente dura mirada.
Ha estado ahì todo el tiempo
del mundo apoyada en
su persistencia,
expuesta a rodar o
ser lanzada
y no ha renunciado a sí misma,
inconmovible en su camino.
Vamos hombre, pareciera decirnos,
no tropieces dos veces.
Rolando Gabrielli©2018
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