Buenos días, a veces, la poesía no nos conmueve, más bien cotidianamente ocurre, pasa desapercibida, aunque el Papa califique a Maradona de Poeta de la cancha.Hay una cierta indiferencia, pero creo que la poesía selecciona a sus lectores, tarde o temprano. Quizás sea un oficio y una actividad para solitarios. Esta es una época confusa, anárquica, llena de incertidumbre, dolor, y ahí está la poesía a pesar de las distracciones naturales, porque enfrentamos aceleradamente el eterno desafío humano: vida y muerte. La poesía no deja de reflexionar sobre ambos temas, porque son la esencia de lo que somos.
En medio de esta pandemia, de mis dolores, me he encontrado con un poema esta mañana que habré leído varias veces anteriormente, pero ahora lo he incorporado a este tiempo. Se titula Viajando conmigo, del poeta chileno Óscar Hahn. Un gran título, porque siempre viajamos con nosotros mismos a donde quiera que vayamos o permanezcamos. Somos el eje central de nuestras vidas. Por más lejos que viajemos, al lugar más apartado o desconocido, allí estaremos siempre nosotros mismos.
A donde quiera que vaya/a donde quiera que me mueva/nada va a pasar/nada va a cambiar/porque me llevo a mí conmigo/No me quedo allá atrás/no me alejo de mí:/me traigo a cuestas./Otra cosa otro cielo otro tiempo/darán lo mismo: son los mismo/La vida no está en otra parte/la vida está donde uno está.
Cargar conmigo por el mundo/no es cosa fácil/Tampoco deshacerme de mí/o dejarme tirado en algún sitio./Yo no soy el bañista de Heráclito/Yo me baño siempre en el mismo río/Y ese río va a dar a la mar/que es el morir/allá me voy con él/Porque yo soy el río
pero también el mar.
Ciertamente podemos estar anclado en nuestro puerto, protegidos, confinados, como millones de personas a partir del 2020, no por elección, porque no es una decisión personal, no forma parte de un retiro espiritual, de un viaje vacacional, sino de un enfrentamiento con las circunstancias. Comenzó un día y no sabemos su destino final. El Arca de Noé se sostuvo en la tempestad 40 días con 40 noches y esta generación mundial ya cumplió un año.
Un texto para mi gusto extraordinario, "filosofía pura de vida en poesía".
Quizás estas palabras no cambien ni conmuevan la vida de ningún lector, tal vez vayan más lejos y sean para otro tiempo, pero las he recogido e impulsado por el río único, irrepetible, de esta mañana.
La poesía no aspira más que a dar una señal.
Rolando Gabrielli©2021
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