sábado, marzo 04, 2023

El ocio en la lentitud de la mañana

El ocio en la lentitud de la mañana

me encuentra en mi mejor forma,

el tedio matinal, una ola de silencio absoluto,

no me impide pensar en cosas banales

y trascendentales  que me llevan a  una esquina

de boxeador respirando por la boca

y esperando la campana salvadora.

Hoy  se me perdió un poema por estar

haciendo cuatro cosas a la vez

 y no pude rescatarlo del basurero.

Es increíble que un poema inédito

se confunda con las heces y las palabras

rechazadas por algún desconfiado,

frustrado autor de sus escritos.

Posiblemente nadie las esperaba,

estaba tanteando con mi oficio.

Había partido sin saber qué decir,

cómo, por qué debía, al menos, intentarlo.

Lo que no se ve es lo esencial,

decía el pequeño Príncipe.

Para este caso, de innegable estupidez,

la frase es demasiado grande,

porque no sabemos si había

dado en el clavo la flecha

 dirigida al  lector.

La poesía, a veces, no usa

paracaídas y sus pequeñas alas

no alcanzan a cortar el viento

y las palabras se pierden.

Rolando Gabrielli2023

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