El anciano se sentó en el Parlamento
canadiense, atildado, pulcro diría, con una mirada beatífica, como si la memoria
atesorara recuerdos placenteros, imperecederos, y la solemne, cálida ovación que
estaba recibiendo de la plana mayor del gobierno del Primer ministro Justin Trudeau
junto a los parlamentarios, fuera el justo reconocimiento esperado por tantos
años al héroe de la Segunda Guerra Mundial. Hasta ahí, el libreto parecía estar
en marcha y formaba parte del recibimiento al presidente de Ucrania, Volodimir
Zelensky, en una de sus giras por recaudar fondos, armas y compromisos de
Occidente para llevar adelante la guerra contra Rusia. Había euforia, sentimientos
de triunfo, irradiada por este viejo soldado, combatiente de excepción, que
llenaba de gloria el recinto parlamentario, porque en la actualidad sumaba sus
esfuerzos históricos contra las tropas rusas en guerra contra Ucrania.
Un anciano venerable de 98 años, nacido
en Ucrania, nacionalizado canadiense, Jaroslav Hunka, con un ferviente pasado
católico en su nueva patria, Canadá, sorprendió a la fervorosa audiencia
parlamentaria y al mundo, porque en verdad había sido un combatiente en la
División Galitzia de la SS (Schützstaffel) implicada en la matanza de judíos y
polacos en la Segunda Guerra Mundial. Es una situación perturbadora y vergonzosa
para Canadá, alcanzó a decir Trudeau, mientras el presidente del Congreso y
promotor del homenaje, Anthony Rota, presentaba su renuncia.
El pedigrí del apacible Jaroslav,
es que había sido entrenado por las SS, la mayor maquinaria de terror y muerte puesta en marcha por la Alemania Nazi,
los que se encargaron de la llamada solución final en los campos de
concentración, con un saldo de seis millones de judíos, comunistas, gitanos,
homosexuales y discapacitados, ingresados en los hornos crematorios.
La historia puede llegar a ser
tan cruel como esta mueca irónica en pleno siglo XXI. Los investigadores dan
cuenta a lo largo del siglo XX, que millares de nazis se refugiaron en Occidente
y muchos de ellos sirvieron a sus nuevas patrias, con esmero, pulcritud y orgullo.
Rolando Gabrielli2023
No hay comentarios.:
Publicar un comentario