martes, julio 22, 2008

¿Fraude de película?







Es un icono callejero, un santo de devoción de jóvenes escritores, lectores anónimos, sin apellidos, los que enfrentan cada una de las páginas que hicieron sudar al autor. Ahí está su retrato en Barcelona, a la salida de una librería y cada vez que se habla en serio de narrativa en´algún foro o feria del libro en América latino. Su ángel de la guarda, el editor Herralde, quien también se sacó la lotería con el hallazgo de un novelista, poeta, escritor en estado de gracia, terminal, entregado en cuerpo y alma a la palabra, ficción, poesía a la rea, rea realidad. Roberto Bolaño y su novela emblemática, Los Detectives salvajes, un homenaje a la poesía, al DF, y un camino a la novelística atrapada en el viejo boom inicado en los sesenta y que se prolongaría hasta mediados de los setenta. Hay quienes piensan que Bolaño, autor de más de una novela y cuentos es un invento editorial, secreto de librería, éxito típico de escritor postmorten, pero se equivocan porque venía de un largo aliento personal y desaliento generacional. La historia es un tiempo convencional que ajusta y desajusta relojes y a escritores con su obra. Habrá que esperar si esto fue una loca primavera o Roberto Bolaño, autor de Las Putas Asesinas, Nocturno de Chile, 2666, Amberes, Estrella distante, es un escritor para las cuatro estaciones de la vida. Nocturno de Chile, una noveleta magistral, puede ser un texto intertextual para chilenos, un curso a fondo con la memoria, una mirada que atraviesa el esófago en puntillas y se detiene a conversar con los jugos gástricos no de un individuo, sino de un país sometido por el terror, temor, por el asfixiante placer del miedo impartido por los catequistas sádicos de la nueva sociedad del silencio. El tiempo dirá, cara o cruz, o moneda de muchos rostros.
Nocturno de Chile, que un principio se llamaba Tormenta de mierda, menos académico, pero más real, es un espejo negro transparente para aquellos intelectuales agazapados en la complicidad del mal y del horror, como instrumentos del poder.
Más allá de los éxitos en Estados Unidos, España, América latina, Bolaño vuelve al tapete noticioso por un tema distinto, los derechos a llevar a la pantalla cinematográfica su novela Los Detectives salvajes, por una productora mexicana.
Su viuda, y representante legal de los herederos de Bolaño, Carolina López, ha negado rotundamente la existencia legal de un contrato vigente para llevar al cine Los Detectives salvajes. Advirtió que los derechos de explotación y adaptación de esa obra, sólo pertenecen a sus heredderos, "a pesar de que inicialmente se firmó un contrato de opción en 2005 para hacer una adaptación cinematográfica de la novela, a la productora le caducó el derecho de opción en abril de 2008 sin que hasta entonces lo hubiera ejercitado".
La viuda de Bolaño ha dicho que tomó todas las medidas legales para evitar el rodaje de la película, esperado para septiembre del 2009. Los Detectives salvajes pusieron a Bolaño en la cumbre narrativa latinoamericana el día que esa novela fue premiada por el Rómulo Gallegos de Venezuela en 1998, Fue su primer "go", perdonen este anglicismo, y después, vino Herralde, cuando el siglo expiraba a darle un segundo envión, al también autor de El secreto del mal y Llamadas telefónicas.

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