miércoles, agosto 25, 2010

PANAMA CELEBRA A BENEDETTI: VI Feria del Libro




Con Uruguay de paìs invitado y Mario Benedetti como protagonista, se inicia hoy la VI Feria del Libro de Panamà, frente al ocèano Pacìfico, donde Daniel Viglietti le cantarà al  legendario y emblemàtico poeta charrùa. Uruguay, una pequeña naciòn del Cono Sur, de 3.4 millones de habitantes, cuenta con una rica historia cultural y musical- como los narradores   Horacio Quiroga, Felisberto Hernàndez, Juan Carlos Onetti,   Eduardo Galeano y los poetas, el Conde Lautreamont,  Juana de Ibarbourou, Idea Vilariño, y desde luego Mario Benedetti, el "gran pretexto" del evento ferial, que estarà representado  con su reconocida, difundida, leìda e influyente obra, en un gran espacio en el evento.Mario Benedetti, en la bisagra del Plata, Juana de Ibarbourou, telón de fondo de la poesìa femenina latinoamaericana con la Mistral y  la Storni, y el Conde de Lautréamont, Isidore Ducasse, montevideano que cambió la poesía con Los cantos de Maldoror. Quizás el más oscuro y luminoso pa(i)saje poético de un nuevo universo en el lenguaje de la poesía, enigma, temblor, príncipe negro de las letras. Un feroz, inmortal aullido. Su única esperanza, morir con el verbo. Se sopló en el aire a los 24 años de edad. Un pasaje siempre inédito, entre Montevideo y París, la mano que haló el viento de la poesía. A esta Feria istmeña asistiràn ademàs como invitados, Rafael Courtoisie, Pablo Vierci, Fernando Butazzoni y el director de la Biblioteca Nacional, en Montevideo, Tomas de Mattos.
Ramón Sabella, sobreviviente del accidente aéreo en Los Andes, Chile,  en 1972, y miembro de la Sociedad de la Nieve,  comentarà su libro  relacionado con el impacto emocional  tras una catástrofe y como superar los traumas. El famoso milagro de los Andes, de  los corajudos  jòvenes rugbystas  uruguayos, cuyo aviòn se estrellò en la cima de la cordillera de Los Andes, a 4.500 metros de altura, todo era una selva blanca desolada de àrboles y de cualquier punto de referencia. A los 72 dìas de la tragedia, de los 45 pasajeros,  16 muchachos lograron sobrevivir, gracias a que dos de ellos caminaron por la fantàstica  e inexpugnable cordillera durante 10 dìas hasta encontrar un arriero que fue en busqueda de socorro. Roberto Canessa,  el hoy Dr. Canessa, quien era estudiante de medicina, fue uno de los hèroes con Nando Parrado y  Antonio Vizintin, quien debiò regresar al aviòn accidentado ya que sufriò lesiones al caerse. Fueron dos los mohicanos finalmente los que culminaron la  hazaña. Nando Parrado finalmente, logrò pasar un mensaje al arriero chileno  Sergio Catalàn: "Vengo de un avión que cayó en las montañas. Soy uruguayo. Hace 10 días que estamos caminando. Tengo un amigo herido arriba. En el avión quedan 14 personas heridas. Tenemos que salir rápido de aquí y no sabemos cómo. No tenemos comida. Estamos débiles. ¿Cuándo nos van a buscar arriba? Por favor, no podemos ni caminar. ¿Dónde estamos?” Todo lo demàs es historia, la que habìan escrito para la memoria del hombre que no se deja vencer por ningùn obstàculo. La historia superò a las palabras, cuando el mundo comenzò a conocerla en su intimidad.
La Feria  del Libro es el evento màs masivo de la cultura panameña, donde se dan cita con libros màs de 50 mil panameños, turistas, simples lectores, escritores nacionales que exponen sus producciones, niños que toman contacto con la palabra impresa y  se trata  tambièn de un espacio   de entretenimiento, lùdico,  donde se comparte con autores y la familia.
Rolando Gabrielli©2010
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PARTES SOBRE LOS ÚLTIMOS DÌAS DE BENEDETTI

La fiesta de Benedetti

Abril del 2009
Rolando Gabrielli



Mario Benedetti, autor de La Tregua, Poemas de Oficina, es ante todo poeta que ha cargado Amèrica latina en su mochila de exiliado, viajero hombre comprometido con el Sur. Mario Benedetti, uruguayo, sobreviviente de la Generaciòn del 45 que integrò el mìtico Juan Carlos Onetti, recibirà un homenaje en unas horas, este 28 de noviembre, por La Fundación Instituto de Cultura del Sur y La Biblioteca Nacional de España que promueven el Día Ven a ser Benedetti. Nada màs apropiado para un homenaje poètico es leer la poesìa de Mario Benedetti, como lo haràn efectivamente màs de 500 estudiantes en un reconocimiento a un poeta comprometido con los Derechos Humanos, la Libertad y a la Igualdad entre los hombres.

Al homenaje asistiràn la escritora uruguaya Carmen Posadas y el Secretario General Iberoamericano, Enrique Iglesias. En España habrà una mesa redonda, que reunirá a varios de los mejores amigos de Benedetti : Jesús Visor, editor de toda la poesía del escritor uruguayo, y los poetas Luis García Montero y Benjamín Prado.
Benedetti es un viejo sobreviviente y navegante del Cono Sur, superò todos los naufragios y retornò a Montevideo a vivir con los montivideanos como siempre lo supo hacer desde la vida y la poesìa. Fue Director del legendario Semanario Marcha. Ejerciò el periodismo de opiniòn, una y otra vez, durante toda su vida. Cerra Marcha, regresò para dirigir Brecha. Venìa de exilios cargados en su maleta de Buenos Aires, Lima, La Habana y Madrid. Obtuvo premios como el Reina Sophia, entre otros, Doctor Honoris Causa, esos galardones que van pesando sobre los hombros de los autores viejos y consagrados. Y Benedetti se sobrevivìaen cada una de las èpocas. Joan Manuel Serrat le puso mùsica y cantò su himno:
El Sur Tambièn Existe:

Con su ritual de acero
sus grandes chimeneas
sus sabios clandestinos
su canto de sirenas
sus cielos de neón
sus ventanas navideñas
su culto a dios padre
y de las charreteras
con sus llaves del reino
el norte es el que ordena
pero aquí abajo abajo
el hambre disponible
recorre el fruto amargo
de lo que otros deciden
mientras que el tiempo pasa
y pasan los desfiles
y se hacen otras cosas
que el norte no prohíbe
con su esperanza dura
el sur también existe
con sus predicadores
sus gases que envenenan
su escuela de chicago
sus dueños de la tierra
con sus trapos de lujo
y su pobre osamenta
sus defensas gastadas
sus gastos de defensa
son su gesta invasora
el norte es el que ordena
pero aquí abajo abajo
cada uno en su escondite
hay hombres y mujeres
que saben a qué asirse
aprovechando el sol
y también los eclipses
apartando lo inútil
y usando lo que sirve
con su fe veterana
el sur también existe
con su corno francés
y su academia sueca
su salsa americana
y sus llaves inglesas
con todos sus misiles
y sus enciclopedias
su guerra de galaxias
y su saña opulenta
con todos sus laureles
el norte es el que ordena
pero aquí abajo abajo
ceran de las raíces
es donde la memoria
ningún recuerdo omite
y hay quienes se desmueren
y hay quienes se desviven
y sí entre todos logran
lo que era un imposible
que todo el mundo sepa
que el sur también existe.

Mario Benedetti sigue escribiendo, a pesar de su enfermedad, ya que acaba de ser internado nuevamente en un hospital. Este es un poema inèdito que entregamos a sus fieles lectores. Son versos de un libro en curso: "Biografía para encontrarme". Homenaje a la poesìa, sin duda, estos versos, a lo que viene de la infancia y siempre conservamos. Poesìa en la nostalgia y en la vida. Benedetti se iniciò como prosista con los relatos Esta Mañana y otros cuentos, hace 60 largos años. No se volverìa a detener frente a la pàgina en blanco y escribirìa alrededor de un centenar de obras entre novelas, poesìas, ensayos, dramas y cuentos.


El homenaje que brindaràn sus amigos, intelectuales y jòvenes estudiantes reflejan el cariño que se siente en Amèrica latina, Uruguay y España por el poeta, ya que se presentaràn algunos trabajos acerca de su vasta obra.

CUANDO LA POESÍA

Cuando la poesía abre sus puertas
uno siente que el tiempo nos abraza
una verdad gratuita y novedosa
renueva nuestro manso alrededor
cuando la poesía abre sus puertas
todo cambia y cambiamos con el cambio
todos traemos desde nuestra infancia
uno o dos versos que son como un lema
y los guardamos en nuestra memoria
como una reserva que nos hace bien

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URUGUAY, RIO DE LOS PÀJAROS Y CARACOLES

Mario Benedetti, un poeta uruguayo del Cono Sur, es un escritor històrico, de aquellos que se le escaparon a la Triple AAA y a la Junta Militar Colegiada de su amado paìs. Se encuentra hospitalizado a sus 88 años con una enfermedad pulmonar compleja, que le aqueja hace un largo tiempo y ha derivado en varias internaciones en los ùltimos meses. Un poeta muy querido por los jòvenes, reconocido por sus pares, emblemàtico y un orgullo para el Sur, ese que aùn existe, como su primavera rota y cuatro puntos cardinales.
Se me ocurre y propongo, aunque estè tan distante y lejos de casa, mientras siento sobre mi ventana el piar de los pàjaros en el cambio de estaciòn, que el Gobierno de Chile, paìs de exilio años ha, al cual Benedetti visitò tantas veces y compartiò el vino y la poesìa, debiera condecorarlo a travès de nuestro Embajador en Motevideo, reconocimiento algo tardìo, pero necesario, por sus luchas, obras, lo que significa para las letras suramericanas y castellanas. El premio Pablo Neruda està pendiente para Benedetti, tan vinculado a Chile, Neruda, Parra y a nuestra literatura. Es, sobre todo, un sìmbolo de la resistencia a tantos años duros, malos, època en que Argentina perdiò a sus màs brillantes intelectuales, Chile a Vìctor Jara, Neruda y un exilio largo para muchos màs. Benedetti es el aùn estoy aquì.
Leo hoy un comentario, en otro orden de cosas, en el diario El Paìs de España, que la poesìa es hueso duro de roer y que los organizadores de la Feria del Libro de Buenos Aires se queja en el fondo por el poco impacto de la poesìa en el pùblico que asiste a ese evento. Son espacios, señala el diario, donde se susurra poesìa y el publico no se mata por tocar a los autores.
Desde luego la historia de la poesìa, entre otras cosas, ha cambiado, y ya no se se cuenta con aquellos poetas de grandes escenarios, Maiakovsky, Neruda, Guillen, Parra (retirado en casa) Evstuchenko, Lorca, Gonzalo Rojas, Gelman, Borges, Cardenal, porque los medios digitales, la banalidad, los propios medios escritos no promueven la poesìa porque ha desaparecido literalmente la crìtica, han contribuido y siguen contribuyendo a la pobreza espiritual que margina la poesìa. Es muy difìcil encontrar un comenatrio de un libro de poesìa que incluya ademàs algunos poemas del autor en los diarios e inclusive en Internet.
Las editoriales cada dìa se alejan màs de los poetas y no se dan el trabajo de buscar nuevos libros para promoverlos, darlos a conocer y destacarlos. ¿Por què la Feria del Libro de Buenos Aires no invita ademàs del poeta mexicano Josè Emilo Pacheco, (que no pudo viajar) a poetas de Perù y Chile, como a otros bardos de la diàspora de cualquier paìs de Amèrica, para proyectar la poesìa continental? ¿Por què no hace uso de la Teleconferencia y lanza poesìa al mundo desde distintos paìses, sin necesidad que los poetas viajen? ¿Por què las lìneas aèreas no llevan a un sòlo poeta a esos festivales, ferias, actos y promueve la palabra, le da màs alas a las alas de vuelos y aviones? ¿Por què la creatividad sòlo alcanza para una hamburguesa o el Ketchup? ¿Por què los niños no llevan sus poemas a estos festivales y enseñan creatividad, originalidad, pureza, el principio de la poesìa?
¿Por què la poesìa es menos poesìa cada dìa?
¿Hace falta interès o hay intereses creados, aunsencia de imaginaciòn? Circulan casi siempre los mismos poetas por festivales, ferias y fobias que el pùblico no logra comprender.
La crìtica poètica ha desaparecido y muchas veces los periodistas incluyen lo primero que encuentran o que le dicen sus editores o editoriales, pero la poesìa es màs subterrànea, ligera de equipaje y ropa, pero llena de sentimientos, y sobre todo, un lenguaje que marca otra atmòsfera, verdades y caminos.
El periodista español de El Paìs, Juan Cruz, apunta finalmente: "En este recinto, donde en abril hay autores y en julio hay vacas, se forman colas multitudinarias para todo..., pero no tanto para la poesía. Pero ahí estuvimos."
Rolando Gabrielli©2009



Mario Benedetti, propone un trato:
Hagamos un trato

Cuando sientas tu herida sangrar

cuando sientas tu voz sollozar
cuenta conmigo.

(de una canción de Carlos Puebla)

Compañera,

usted sabe

que puede contar conmigo,

no hasta dos ni hasta diez
sino contar conmigo.

Si algunas veces

advierte

que la miro a los ojos,

y una veta de amor

reconoce en los míos,

no alerte sus fusiles

ni piense que deliro;

a pesar de la veta,

o tal vez porque existe,

usted puede contar

conmigo.

Si otras veces

me encuentra

huraño sin motivo,

no piense que es flojera

igual puede contar conmigo.

Pero hagamos un trato:

yo quisiera contar con usted,

es tan lindo

saber que usted existe,

uno se siente vivo;

y cuando digo esto

quiero decir contar

aunque sea hasta dos,

aunque sea hasta cinco.

No ya para que acuda

presurosa en mi auxilio,

sino para saber

a ciencia cierta

que usted sabe que puede

contar conmigo.




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Gracias por el fuego de la poesía y de la vida, Mario
Rolando Gabrielli

Tengo una soledad tan concurrida que puedo organizarla como una procesión por colores tamaños y promesas por época por tacto y por sabor. Desde un rincón del mundo, República Dominicana. Nunca olvidaré tantas palabras lindas que dejaste y que muchas noches leí. Descanse en paz.
Anónimo.
Un poeta muere cuando nadie lo lee. Muere por falta de compromiso con la palabra. Deja de vivir, que es morir, si el amor le sopla un ojo y sale por la ventana su memoria y sueños. Un poeta muere si se deja morir. Si su palabra es más oscura que la luz y es fiel a su vida, no puede morir. Un poeta es inmortal cuando se compromete con la verdad, la libertad y la vida que es la poesía.
Por eso se me hace difícil creer que el poeta uruguayo Mario Benedetti haya muerto hace un par de horas en su país chiquitito que ha dado tipos como Benedetti, Onetti, Viglietti, Quiroga, para romper la cadencia de la rima italiana, Galeano y ese extraordinario cuentista que es Felisberto Hernández.
Mario Benedetti se confundió con la voz sencilla, directa, humilde, susurrante, de los pueblos del Sur, a los que nunca olvidó y en los que seguramente en estos momentos se encuentra de viaje acompañado por amigos y pueblos lejanos tan próximos a su canto.
Qué podemos decir ante lo inevitable, qué bueno que existen tipos, hombres, poetas, escritores, como Mario Benedetti, en tiempos en que la palabra huele a flores secas, cuando la farándula saca a bailar al mercado, una época barrancoabajo en bancarrota.
Benedetti ha partido con su biografía bajo el brazo: 400 páginas que ha escrito Hortensia Campanella bajo el título Mario Benedetti; un mito discretísimo, y más de 80 libros de poesía, narrativa, teatro, ensayos y miles de crónicas. Fue también un cronista y periodista de su tiempo. Nos deja un legado de hormiga.
A Benedetti no se le puede desvincular de escritor comprometido, hombre del Cono Sur, de su condición de exiliado, uruguayo, de su solidaridad con la vida y el amor, ni a su poesía con el canto popular que lo elevó a la calidad de mito: Joan Manuel Serrat, Joaquín Sabina, Daniel Viglietti, Sandra Mihanovich, Soledad Bravo y Pablo Milanés.
Las últimas noticias dicen que falleció en su amado Montevideo, desde donde partió tantas veces para regresar siempre, y que será velado en el Congreso de Uruguay en el Salón de los Pasos Perdidos, título de la novela del cubano Alejo Carpentier.
Benedetti fue un hombre en primera fila de las causas latinoamericanas. Nunca cambió un punto ni una coma, ni zigzagueó su acento Sur. Este Mario Benedetti / nació en el Sur / más chiquito / para decirnos / que el Sur también existe.
Los miles de mensajes que han escrito sus lectores en el mundo para saludarlo, más que despedirlo, reconocerse en su obra, agradecerle su enorme complicidad, su manera sencilla de ser, vivir, su compromiso ejemplar, irreductible diría, nos hablan no sólo de un hombre querido, sino de que la poesía y el Sur existen.
Benedetti pertenece a ese Sur entrañable, al de las primaveras rotas, al de los patios de las viejas casas con sus parrones de uvas negras, el de los amigos que compartían hasta su desesperanza, un Sur secreto lleno de voces susurrantes, al Sur que le faltan manos para abrazar, un Sur con rostro Sur, ese que no pierde la memoria y que tiene una palabra en la boca, un acento inconfundible.
La memoria colectiva de Benedetti nos seguirá hablando mientras dure y permanezca nuestra memoria.


Epílogo

Un epílogo tal vez no para terminar, sino para volver a empezar a contar la historia, mezclarla y darle futuro a las palabras. Leí, miraba las imágenes, revisaba tanto material relacionado con un poeta en el mundo en estos tiempos y pensaba a solas que era como un delicioso momento casi obsceno para la poesía como género olvidado y puesto detrás de la vitrina, a la sombra de un lector ocasional, circunstancial, privado, íntimo y en extinción para algunos que llevan estadísticas. La imagen, los comentarios, la vida y la muerte de Mario Benedetti han vivido en las últimas 48 horas una explosión en los medios de comunicación, escritos, mediáticos, en el ciberespacio única, inimaginable para un poeta en estos tiempos. Desde muchos puntos cardinales se ha comentado la obra de Benedetti y su calidad humana y el compromiso personal. A él parecía que le bastaba Montevideo y que el mundo era historia para una nueva generación.

Al ver este fenómeno sobre un escritor emblemático para América Latina y en especial el Cono Sur, aquella generación de los 60 y 70, rota, quebrada, formada por el exilio, sorprende el poder de la memoria que ha formado una obra y de la palabra colectiva.
Benedetti, guardadas las proporciones y pensando que toda comparación es arbitraria, a veces odiosa, es para Uruguay lo que Neruda para Chile: un poeta histórico e irrepetible. El tiempo pasa, sucede, la historia cambia, y Benedetti ha tenido la dicha de morir en paz, es velado con los máximos honores del gobierno uruguayo y el martes 19 (que es cuando escribo este Epílogo) será llevado en marcha fúnebre por su pueblo, obreros y estudiantes, a su última morada. Es sabido de todos que la muerte de Neruda ocurrió en circunstancias trágicas para Chile y que el pueblo, su partido, con el puño cerrado y entonando la Internacional Comunista, lo llevó al Cementerio General para ser enterrado en una tumba anónima en medio de la metralla policial.
Otros tiempos, pero Benedetti en italiano significa benditos, como bien recordara Eduardo Galeano, así que se salvó de una época dura, mala, torva, oscura, y realizó su obra leída y respetada por sus lectores en el mundo. Queda su obra, un par de libros inéditos y una fundación llamada Mario Benedetti, que atenderá a jóvenes escritores de habla castellana. Esos son sus verdaderos herederos, continuadores de su obra
Nicanor Parra, el antipoeta chileno, seis años mayor que Benedetti, le ha despedido con un Artefacto intitulado: “En la hora de su muerte”, publicado hoy por el diario La Tercera. “A lo más que se puede aspirar / Es a dejar dos o tres frases en órbita / Que yo sepa don Mario dejó al menos una: / La muerte y otras sorpresas // ¡Señor mío, la frasecita!”.
Y del Epilogar, desde México el poeta argentino Juan Gelman, otro sobreviviente de la Triple AAA, se despidió de su amigo con una breve carta que dice a la letra: “Querido Mario, te digo adiós pero no te lo digo, te despido pero no te despido, siempre estarás en mí y en el alma y el corazón de centenares de miles de personas que entraron a la poesía por la puerta grande de tus poemas. Hasta luego entonces. Juan Gelman”.
..Murió Mario Benedetti en Montevideo y el planeta se hizo pequeño para albergar la emoción de las personas. De súbito los libros se abrieron y comenzaron a expandirse en versos, versos de despedida, versos de militancia, versos de amor, las constantes de la vida de Benedetti, junto a su patria, sus amigos, el fútbol y algunos boliches de trago largo y noches todavía más largas. Murió Benedetti, ese poeta que supo hacernos revivir nuestros momentos más íntimos y nuestras rabias menos ocultas. Si con sus poemas salimos a la calle —codo a codo somos mucho más que dos—, si leyendo “Geografías”, por ejemplo, aprendimos a amar un país pequeño y un continente grande... José Saramago.
Daniel Viglietti dijo, en la despedida, que “ética cabe dentro de la palabra estética (...). Eso nos enseñó Mario”.
“Mario es una unidad dialéctica difícil de encontrar”. Benedetti “no necesita que lo idealicemos, porque es un ideal en sí mismo”.











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