jueves, enero 10, 2013

¿Hacia dònde va Europa, Franz?


 


Franz Kafka nunca habrìa sido candidato de nada, màs que timonear su fràgil y accidentada vida. Su aspiración era, al parecer, aùn no sabemos, dejar algunas señales de advertencia. Por aquí anduvo y pasò Kafka, tuvo un amigo, una familia, trabajò obligadamente, tuvo algunos amores inconclusos, como su obra, su vida. Remò  en sus mejores tiempos por el rìo Moldava bajo el Puente de San Carlos sin otra preocupación que ser el joven Kafka. Todo lo demás lo heredamos nosotros y cumplimos al pie de la letra lo que nos advirtió, sin pensar tal vez, que viviríamos en un mundo kafkiano. Kafka tal vez soñaba con abandonar a Kafka, pero nunca lo intentò, profundizò en sì mismo hasta el final de sus días. Màs bien abandonò todo lo demás, menos su escritura.
El siglo XXI es otro mundo, supera todos los divanes que Freud imaginò para el hombre. La bella y exótica Praga se refleja en el cristal de sus sueños màs inimaginables. Ahora cabalga en la ilusión momentánea de estos tiempos, con la figura del artista tatuado , Vladimir Franz, que no es el otro Kafka. Su perfil, sacado de alguna película apocalíptica, de esas  que aclaman y recrean el fin del mundo. Sin embargo, 75 mil fans proclaman su candidatura a la presidencia de la Repùblica Checa. Sus composiciones musicales en un 50 por ciento se basan en el Antiguo y Nuevo Testamento.
En su discurso proclama una sociedad  educada, culta, tolerante.  Denuncia asimismo, que "Se ha producido una alienación de la política, y los ciudadanos tienen la sensación de que no pueden alterar el funcionamiento del Estado. Se han perdido los ideales básicos,  hasta el sentido de la vida”.
¿Hacia donde va Europa, Franz?

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