domingo, marzo 19, 2006

CIUDAD


Ciudad, me reconcilio contigo,
pero no te amo,
frontera de material inacabado.
Pulso tus arterias húmedas los ríos
que te recorren,
asciendo en tu espiral
y aún así me abrazas ardiente,
ángel de alas tramposas,
máquina de polvo y luz.
Tu destino es a hierro,
paloma azul de alas rotas,
no gasto en el aire el gesto,
ni las falsas monedas del desamor.
Eres mi espejo envejecido,
la uña amarga de mi tránsito,
máscara bonita,
una de cal por mis palabras,
otra de arena,
por tu frágil castillo.

Rolando Gabrielli©2006

1 comentario:

Julio Suárez Anturi dijo...

Las ciudades atrapan y expulsan, unen y desunen. Abrazo.