No pertenezco al vecindario de Twitter, inaugurado el 2006, ni a ninguna red social. ¿Antisocial? ¿Kafkiano? ¿Anacoreta penitente monje? ¿Ermitaño retraído, huidizo? ¿Solitario jugador del azar?
Es cierto, no pertenezco al piar de Larry (Bird), a su millonario global vecindario de 140 caracteres por tuiteo, un polluelo azul. Prefiero al inefable Chorlito, de largas piernas, cuerpo estilizado, ave que en el volar está su juego y la potencia de sus sueños se anida en su cabeza de chorlito.
¿Dónde está la cabeza del chorlito? ¿Tiene cabeza? ¿Importa?
El vuelo es lo que nos queda/sin alas a màs volar/pájara de mil sueños/ sin tiempo/ Migrar un atardecer no es el destierro/del sol ni de las palabras/Del vuelo queda el volar
Es cierto, no pertenezco al piar de Larry (Bird), a su millonario global vecindario de 140 caracteres por tuiteo, un polluelo azul. Prefiero al inefable Chorlito, de largas piernas, cuerpo estilizado, ave que en el volar está su juego y la potencia de sus sueños se anida en su cabeza de chorlito.
¿Dónde está la cabeza del chorlito? ¿Tiene cabeza? ¿Importa?
El vuelo es lo que nos queda/sin alas a màs volar/pájara de mil sueños/ sin tiempo/ Migrar un atardecer no es el destierro/del sol ni de las palabras/Del vuelo queda el volar
El Poeta se despide de los pájaros
Poeta provinciano,
pajarero,
vengo y voy por el mundo,
desarmado,
sin otrosí, silbando,
sometido
al sol y su certeza,
a la lluvia, a su idioma de violín,
a la sílaba fría de la ráfaga.
Sí sí sí sí sí sí,
soy un desesperado pajarero,
no puedo corregirme
y aunque no me conviden
los pájaros a la enramada,
al cielo
o al océano,
a su conversación, a su banquete,
yo me invito a mí mismo
y los acecho
sin prejuicio ninguno:
jilgueros amarillos,
tordos negros,
oscuros cormoranes pescadores
o metálicos mirlos,
ruiseñores,
vibrantes colibríes,
codornices,
águilas inherentes
a los montes de Chile,
loicas de pecho puro
y sanguinario,
cóndores iracundos
y zorzales,
peucos inmóviles, colgados del cielo,
diucas que me educaron con su trino,
pájaros de la miel y del forraje,
del terciopelo azul o la blancura,
pájaros por la espuma coronados
o simplemente vestidos de arena,
pájaros pensativos que interrogan
la tierra y picotean su secreto
o atacan la corteza del gigante
o abren el corazón de la madera
o construyen con paja, greda y lluvia
la casa del amor y del aroma
o jardineros suaves
o ladrones
o inventores azules de la música
o tácitos testigos de la aurora.
Yo, poeta
popular, provinciano, pajarero,
fui por el mundo buscando la vida:
pájaro a pájaro conocí la tierra;
reconocí dónde volaba el fuego:
la precipitación de la energía
y mi desinterés quedo premiado
porque aunque nadie me pagó por eso
recibí aquellas alas en el alma
y la inmovilidad no me detuvo.
Pablo Neruda
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