Hola Franz, como si estuvièramos en Praga y cruzàramos sin tiempo ni voz, arrojados en un bote sobre el Moldava y la historia se deslizara en un tobogàn fuera de nuestro alcance. Oh mundo real, a quien soplas al oído tus historias fantàsticas/con tu perro andaluz provinciano/y ejecutas ebrio de felicidad a Mozart/La casa tiene dos tres cuatro puertas/y seis ventanas para verte mejor/Todo en su lugar/menos tù manzana de la discordia/Si guardaste el paraíso/en algún lugar desconocido/menuda tarea para historiadores arqueólogos del deseo/simples estafadores de la palabra/juntemos el bien y el mal/en una calabaza vacía/hasta nueva orden./Rueda conmigo.
Este año no tendremos verano. El Norte helado y el Sur ardiendo en llamas. Las lluvias fuera de estación en esta parte del mundo atrapada entre dos océanos. Un día sí, otro no. Como un carrusel de dudas, el tiempo y lo que no se repite, como en los viejos tiempos: en off. El Sótano en sus sombras màs profundas baja hondamente la oscuridad de Kafka, la travesura verbal del loro perdido en la memoria. Aquí está su risa en el lugar ideal que propuso para escribir, arrancarle un pelo a sus demonios. No es eso a lo que aspiras endemoniado lector, frustrado internauta. Que yo me siente en la silla a monologar. Por Dios, papá, mamá, sigo soltero, sin compromiso. Que a otro le reciten tus desgracias, ha bajado el telón sin comedia ni autor. Un libreto màs en la oscuridad. ¿El lado B es màs oscuro que el A? Prefería en mi adolescencia los Long play, sí, los larga duraciòn, para estar màs tiempo en la pista y dejar que la mùsica se apropiara adecuadamente de tus oídos. Una atmósfera lenta en cascada, menos ruidosa que las palabras, màs sinuosa que las olas. ¿Qué había en el cuarto antes de entrar con las flores? ¿Por dónde iràs en tu último viaje? ¿Con quién conversaràs extranjera? Sé que la noche de Kafka nos espera.
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